viernes, 7 de agosto de 2015

Políticas criminales: ¿practicas fascistas en la actualidad?


¿Qué son las políticas criminales? ¿Cómo afectan al proletariado? ¿Son tácticas fascistas? ¿Cómo se ve reflejado el fascismo en las políticas criminales en El Salvador? 
Salvador Sanchez Ceren y Giuliani en reuniones para implementar políticas criminales en El Salvador   


A esta serie de preguntas planteadas se les tratara de dar respuesta en  este artículo.
La criminología en una rama de las ciencias jurídicas, específicamente del derecho penal, que busca darle una respuesta al delito y determinar el por qué se delinque o porque del delito en la sociedad. Las políticas criminales por su parte determinan los lineamientos específicos adoptados por un Estado para combatir la delincuencia en un país, estas pueden ser políticas de prevención o represión que ya varias veces habremos escuchado en los medios de comunicación burgueses, el caso más reciente que pudimos ver  hace alrededor de un par de meses es que la burguesía salvadoreña brindó una de sus tantas respuestas pomposas haciendo uso de la acción directa para combatir la inseguridad del país, tal respuesta fue traer al ex alcalde de New York.  ¿en que consiste lo que tal ex alcalde propone?
“Perseguir a los desposeídos, agredir a quienes tienen hambre y carecen de techo es uno de los peores crímenes que se pueden cometer. Es también la fórmula que resume la trayectoria del ex-alcalde neoyorkino Rudolph Giuliani, quien por esa labor ha sabido cobrar millones de dólares a gobiernos latinoamericanos.
Para justificar su persecución contra los más pobres, Giuliani retomó la llamada teoría de las «ventanas rotas» propuesta por James Q. Wilson y George Kelling, quienes proponían que cuando se ha logrado mantener el orden en una comunidad incluso romper una ventana es algo reprobable.
En manos de Giuliani, esa idea se convirtió en la «cero tolerancia», estrategia que según algunos condujo a una drástica reducción del crimen en nueva York, mientras que para otros esa disminución fue un efecto previsible de las condiciones económicas. Lo que no puede discutirse es que Giuliani usó la idea para desencadenar una guerra contra los marginados y a favor de poderosos intereses financieros.
En México
En 2003, Giuliani Partners LLC (www.giulianipartners.com), fue contratada por un grupo de empresarios, encabezado por Carlos Slim, el hombre más rico de México, por la cantidad de 4 millones 300 mil dólares, para combatir la delincuencia en la ciudad capital.
La República Dominicana es otro de los países en que Giuliani ha pretendido llevar a cabo sus latrocinios y donde en febrero de 2004 el presidente Hipólito Mejía, luego de reconocer que el aumento del desempleo y de la pobreza han incrementado la delincuencia, reveló que el gobierno intentaría contratar al ex-alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, para mejorar, con «mano dura y prevención», la seguridad ciudadana.”
A simple vista cualquier sujeto podría decir ¡que buenas políticas!, ¡golpearán la criminalidad!, estaremos mejor así, se acabara con la delincuencia de nuestro pulgarcito…- pero se tiene que comenzar preguntando, ¿alguna política criminal hasta la actualidad a mejorado las condiciones de seguridad al proletariado salvadoreño? Tajantemente se tiene que responder que NO. Peor aún ninguna que venga mejorara las condiciones nuestras, ¿y por qué? Pues para la burguesía la inseguridad nuestra es un beneficio para ella, sino miremos el caso de las empresas de seguridad que tiene altas tasas de ganancia, planes de seguridad que cuestan millones de dólares en armas, capacitaciones y diferentes materiales todo en aras de la ´´ seguridad del pueblo´´, que por su puesto las pagara el mismo pueblo trabajador.
En cuanto a las practicas del Estado para combatir la inseguridad, ¿serán fascistas? y ¿qué importancia tiene darles esta calidad? Bueno la corporatividad como mecanismo de control social es un objetivo del actual gobierno para fiscalizar y tener en línea al movimiento obrero.
Para poder entender más esta situación se tiene que desglosar de la siguiente manera: el Estado burgués tiene que controlar lo que hace y piensa el proletariado, para tal caso este puede ocupar mecanismos de represión legales o ilegales  en los primeros la Policía y el ejército y el segundo el crimen organizado. Estos actúan cuando se generan movimientos revolucionarios y ocupan estrategias muy conocidas como el descabezamiento de dirigentes sociales o el aplastamiento directo de las organizaciones que se planteen algo mejor para la sociedad.
Para seguir abonando el entendimiento del corporativismo del Estado y la corporativizacion del movimiento sindical por parte del gobierno, que consiste en que en una misma organización están amalgamados patronos, gobiernos y directivos sindicales al servicio de la patronal o lo que es lo mismo las tripartitas, organismo vertical donde los dirigentes del movimiento sindical solamente obedecen.
Sobre lo anterior, es necesario decir que en la actualidad existe en la sociedad salvadoreña un clima ideal para combatir cualquier movimiento del proletariado por exigir mejoras para las grandes mayorías, mejor salario, derecho al agua, seguridad para las familias etc. Y estas personas que exigen condiciones, nada más fueran simples estadísticas en los medios de comunicación de homicidios o desaparecidos a causa de la delincuencia.
Otro elemento es que el fascismo reclama Estados de excepción, es decir la suspensión de derechos fundamentales de la Constitución como el derecho a la libertad  ambulatoria y reunión,  para justificar  la violencia como único recurso. De igual manera se justifica la salida de los militares en las calles, a esto se le llama militarismo.
Tales elementos encajan perfectamente  en nuestra sociedad actual y el problema de que haya fascismo en el país por parte del gobierno que solo administra los intereses de la burguesía es que el proletariado seguirá  en la miseria, explotación e inseguridad.
A partir de ello lo  que se puede concluir es que la política criminal general hasta la actualidad no es más que un instrumento de dominación jurídica de una clase sobre otra.

¡Osar luchar osar vencer!



No hay comentarios:

Publicar un comentario