Por un sindicalismo de
clase y revolucionario
Muchos comentarios y rumores
existen con respecto al accionar actual de muchas organizaciones sindicales históricas
que en su tiempo fueron muy combativas y luchaban incansablemente por la
defensa de los intereses de los trabajadores que representaban; y de las cuales,
salieron muchos dirigentes, que incluso fueron capaces de entregar sus vidas o
sufrieron la encarcelación, la persecución
política, el exilio y un sinfín de ataques del régimen, sindicalistas
que a pesar de las difíciles condiciones impuestas por los gobiernos militares
supieron llegar a las últimas consecuencias demostrando que el único camino que
tiene el pueblo para su liberación es la lucha.
Las nuevas generaciones no
conocimos ese movimiento sindical de los años 60s, 70s, 80s, ya para nuestros días
una gran parte de la población piensa que los sindicatos ni deberían de existir
porque han perdido su razón de ser, solamente sirven para enriquecer a las
cúpulas sindicales, las que terminan vendiendo la lucha de los trabajadores a
la patronal. Hablar de sindicatos es hablar de corrupción, de privilegios para
un pequeño número de personas que dicen representar a la mayoría de
trabajadores pero que termina siendo un simple mediador entre la patronal y los
trabajadores.
El año 2002 sobre sale debido a
un nuevo impulso en las luchas que logra despertar el ánimo y la esperanza del
pueblo en la lucha organizada que desde la firma de los Acuerdos de Paz se perdió.
Se da inicio un movimiento que poco a poco fue cobrando fuerza. Este
movimiento fue encabezado por el sector salud en contra del plan de
privatización del sistema de salud impulsado por el entonces presidente
Francisco Flores.
Las famosas “marchas blancas” que
resuenan todavía, movilizaron a miles de personas a nivel
nacional y logro la unificación de diverso sectores que hasta entonces estaban
ausentes o dispersos de la lucha (campesinos, estudiantes, profesionales,
vendedores, trabajadores públicos y municipales, mujeres, jóvenes, niños,
ancianos, iglesias, población organizada y no organizada). Es aquí, donde se
destaca el papel fundamental que jugo el Sindicato de Trabajadores del
Instituto Salvadoreño del seguro Social (STISSS) y de los médicos del seguro
que se mantuvieron firmes, sin rendirse, logrando frenar la privatización.
Desde entonces el STISSS fue tomado como
un gran referente de las luchas sindicales y se ganó el respeto de los trabajadores
y la simpatía del pueblo ya que lo veíamos peleando en las calles, haciendo
huelgas y paralizaciones de labores para lograr el Contrato de Colectivo en el
ISSS y porque brindaba su solidaridad a cualquier organización que se le
acercaba y que necesitaba apoyo.
Hoy en día, las cosas han
cambiado bastante, el STISSS no es el sindicato de aquellos años su matrimonio
con el FMLN le ha salido caro y las consecuencias de esto la están sufriendo
los trabajadores afiliados y no afiliados. La misma situación enfrenta otras
organizaciones que creyeron que el triunfo presidencial del Frente
representaría un cambio importante en la mejora de las condiciones de vida de
la población, esto no fue así y hoy vemos que es un gobierno burgués al
servicio del imperialismo que implementa políticas antipopulares y anti laborales
que ha dividido a los sindicatos y otras organizaciones. El STISSS es un
bastión muy importante para el gobierno y el partido oficial por ello hace todo
lo posible por cortarle las alas, ha perdido toda iniciativa y lo mantiene
prácticamente amarrado y silenciado. Se ha perdido la razón de ser del
sindicato que tiene que ser una organización de lucha por la defensa de los
intereses de los trabajadores.
Salvador Cayetano Carpio
menciona, entre las diferentes corrientes sindicales que existen, al sindicalismo
reformista cuya característica es la de frenar la energía revolucionaria de la
clase obrera para que la patronal pueda gozar de los beneficios de su posición
como clase dominante. Veamos ¿qué ha hecho el STISSS junto a la mayoría de
sindicatos en estos últimos tiempos? No han hecho sino frenar la energía
revolucionaria y se han convertido en sindicatos oficializados dirigidos por el
gobierno en contra de la voluntad de las bases ya que no existen espacios
democráticos de participación al interior de estas organizaciones someten los
intereses políticos partidarios por encima de los intereses de los
trabajadores, se han posicionado líderes sindicales oportunistas que son correa
de transmisión e instrumento de intimidación convirtiendo al sindicato en oficinas
gubernamentales y no en organizaciones de autodefensa de la clase trabajadora.
Estos dirigentes llegan al poder del sindicato utilizando métodos contrarios a
la democracia obrera hacen uso del fraude, sofocan la voluntad de las mayorías
y se valen del gansterismo para meter miedo. Mencionamos al STISSS a manera de
ejemplo sobre la situación que enfrentan los trabajadores que prácticamente no
cuentan con ese instrumento de lucha para defender los derechos y conquistas.
Hoy son tres bloques los que existen en el movimiento sindical salvadoreño:
MUSYGES (Movimiento de Unidad Gremial y Sindical de El Salvador) que es
abiertamente pro patronal y se vende al mejor postor; La Coordinadora Unitaria
Social y Sindical (CUSS) que es un brazo del FMLN y del gobierno la cual está
integrada además de sindicatos por otras agrupaciones populares; y la CSS
(Coordinadora Sindical Salvadoreña) que mantiene una posición de fuerte
resistencia e impulsa un movimiento sindical clasista con independencia
respecto a las patronales, los partidos políticos y el gobierno y que en la
actualidad es casi la única que ha estado luchando por la defensa de los
interese de los trabajadores frente a las medidas anti populares y anti
laborales que impulsa el actual gobierno en complicidad con los partidos
políticos y que obedecen a una imposición del imperialismo.
Ante estos ataques que está
sufriendo el pueblo ¿qué papel juega el STISSS o debería jugar? Esta respuesta la tienen los mismos
trabajadores del ISSS si se disponen a levantar y recuperar un sindicato tan
fuerte que se encuentra amarrado como un gran elefante por una pequeña cuerda
que con un paso se puede romper para liberarse. La oportunidad de cambiar el
rumbo está dada este 16 de diciembre que se llevara a cabo la asamblea general
del STISSS en la que se podrá elegir una nueva junta directiva en la que se
puede dar paso a acabar con el continuismo y votar por una junta directiva conformada
por elementos incorruptibles dispuestos a echar sobre sus espaldas la
responsabilidad de devolverle al pueblo un referente histórico tan
valioso. El colectivo SOMOS STISSS desde
hace algunos años ha venido trabajando por transformar la situación del
sindicato y ha estado denunciado muchas irregularidades que existen en la
administración actual del STISSS y a pesar de los ataques, las amenazas, de las
desafiliaciones de compañeros y compañeras que respaldan este proyecto, no han
podido detenerlo y por el contrario ha salido bien fortalecido. La actual
dirigencia ya no pueden seguir mintiendo al trabajador del seguro en la
renegociación del Contrato Colectivo, es evidente que han entregado clausulas
importantes que protegen a los trabajadores beneficiando únicamente a la
patronal.
¡Donde hay opresión, hay
resistencia!
Al interior de todos los
sindicatos hay una fuerte lucha y la hay
al interior del STISSS. El divorcio de la actual Junta Directiva
General de este sindicato con las bases y el entreguismo que prevalece en los
dirigentes sindicales ha permitido que los afiliados estén tomando consciencia
sobre qué camino seguir esto se definirá en las próxima asamblea general del
STISSS.
si que hay comentarios esto nunca sera aislada nuestra lucha por no violacion a nuestro compañeros, yo insito a los compañeros que no estan afiliados a nuestra lucha sindical favor unanse a la apuesta sindical
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