Este concepto se
ha utilizado, durante largos años, para manchar y satanizar, el verdadero
carácter de las producciones proletarias, ya sean literarias, artísticas,
políticas y culturales.
Muchas veces se
nos ha excluido por utilizar conceptos y categorías filosóficas propias de la
teoría del proletariado, y de ribete nos llaman “panfletarios”.
Sucede a menudo,
que tomamos el concepto panfletario cómo algo peyorativo (cómo un insulto), o
cómo una palabra para descalificar nuestro trabajo revolucionario. Y mientras
esto sucede, la clase dominante; que ostenta el poder económico, político y por
encima de todo el control ideológico; delimita el “panfleto” cómo una idea
encasillada en discursos desfasados y fuera de contexto.
Pero en realidad
lo que pasa, es que no entendemos lo que es el Panfleto.
Nosotros
encontramos en la medida de lo posible, la necesidad de divulgar nuestras
ideas, de plantear la crítica y la autocrítica; y estás ideas que parten de la
discusión colectiva, se transforman en iniciativas literarias, artísticas,
políticas y culturales, que son destinadas a todos los trabajadores manuales e
intelectuales del campo y la ciudad, cómo mecanismo de combate ideológico para
con la clase dominante.
Por ello, ahora
ser panfletario se vuelve más necesario que nunca. Nuestro panfleto: “LA
CONSTRUCCIÓN DE UNA TENDENCIA CLASISTA EN EL SENO DEL MOVIMIENTO OBRERO”
Este Panfleto
también es necesario, pero hemos de preguntarnos, ¿qué significa construir una
tendencia clasista? Y ¿por qué esto se vuelve nuestro panfleto?
El panfleto como
herramienta de propaganda y de combate ideológico, nos servirá para explicar y
entender que vivimos en una sociedad que está dividida; pero no en izquierda y
derecha, mucho menos entre ricos y pobres, y tantas otras divisiones que se han
marcado a lo largo de los años; somos una sociedad dividida en clases.
Por una parte la
clase burguesa, que por hoy domina y tiene el poder de todos los medios de
producción económicos, que administra todo el aparato jurídico-político del
estado y controla el sentir y el pensar de todo , es decir la ideología
dominante. Por otra parte, el proletariado, que por hoy es la clase dominada, que sólo cuenta con la
venta de su fuerza de trabajo para poder comprar lo necesario para su vida, y
lo que vende y compra está controlado por la otra clase.
De ahí que
nosotros digamos, que somos esa clase que sólo cuenta con la venta de su fuerza
de trabajo. Le duela a quien le duela o somos burgueses o somos proletarios.
Ahora decimos,
somos proletarios, somos trabajadores manuales e intelectuales, del campo y de
la ciudad, y nos planteamos la transformación de la sociedad de clases y pasar
a una sociedad sin clases, sin clase dominante y sin clase dominada.
Es ahí donde
nuestro panfleto de construir una tendencia clasista en el seno del movimiento
obrero cobra vida, en construir los cimientos ideológicos de donde se pueda construir la nueva
sociedad.
Para ello
presentamos a discusión nuestras ideas, producimos escuelas de formación políticas
para la clase obrera, desarrollamos un periódico, que más de algún lector
considerará, “PANFLETARIO”, pero que nos ha permitido, de forma franca y
fraternal, una relación con organizaciones sindicales y gremiales,
estudiantiles, partidarias; tanto nacionales como internacionales.
El combate
ideológico con nuestro panfleto no es algo malo, es algo necesario, camaradas
no tengamos miedo de discutir nuestras ideas con nuestros compañeros y
compañeras de trabajo, con nuestros familiares, con nuestros vecinos y amigos.
Develemos la explotación de la clase dominante y planteemos que es necesaria
una nueva sociedad, que llevara el desarrollo de la humanidad a niveles
inimaginables.
“Los
trabajadores no tienen nada que perder, salvo sus cadenas” C. Marx.
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